viernes, julio 21, 2006

CARTAGENA SEDE DEL MUNDIAL
Y MISS UNIVERSO
Muchas veces la gente se pregunta por qué las ciudades compiten con tanta insistencia para ser sedes de eventos de renombre o torneos deportivos como las olimpiadas, el Mundial de fútbol o los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que capturan toda la atención de Cartagena y del país.

Muchos pensarán que es un buen negocio, que mueve mucha plata o que proyecta la imagen internacional de las ciudades. A decir la verdad, todas esas apreciaciones son correctas; pero el fin ulterior es desarrollar la localidad favorecida, sobretodo en materia de adecuación de infraestructura. Una ciudad que es beneficiada como sede de un evento mayúsculo, tal como una olimpiada o un mundial, hace un salto cuántico en su amoblamiento urbano, es decir, realiza obras civiles complejas en uno o dos años, que en condiciones normales tomarían hacerlas diez o quince. A 150 mil millones de pesos asciende la inversión de la Nación, la Gobernación de Bolívar y la Alcaldía de Cartagena para este evento.
Muchas veces pensamos que la ciudad no estaría lista, pero de alguna forma las autoridades hicieron lo necesario para que todo estuviera listo. Aunque se sigue notando mucha improvisación en aspectos organizativos, creo que hay que elogiar que la iniciativa fue desarrollada hasta su realización.
De todos modos, se nota la inconformidad de mucha gente por la mala accesibilidad a los diferentes eventos deportivos. Todas las controversias e incomodidades por la boletería dan a entender, de forma sutil, que quisieran que la gente del común disfrutara de estos eventos.

Por otro lado, no dejo de pensar en la proyección y uso de los escenarios después de pasados los Juegos. ¿Quién los cuidará, quiénes los usarán, habrá proyectos de fomento y formación deportiva para las comunidades alrededor de estas locaciones? No vaya a ser como me dijo un amigo en la calle: "ojalá que la piscina esa no vaya a terminar siendo criadero de gusarapos o sábalos", porque el asunto ahora, ya que están los escenarios construidos, es mantenerlos siempre como el día en que se estrenaron.
Si bien es claro que Cartagena ha dado un salto en cuanto a la adecuación física de sus escenarios deportivos, todavía queda mucho por hacer para traer desarrollo a esta urbe. Los Juegos debieron ser proyectados más hacia la comunidad, para que la gente se apropiara más del asunto, que los sintieran de ellos y para ellos. Pero como siempre, las cosas en nuestra Cartagena tienen cierto aroma de exclusión y egocentrismo.

Sigo pensando que hay que formular proyectos de desarrollo diseñados a la medida de las necesidades de nuestro pueblo, no queriendo decir con esto que los Juegos hayan sido una mala idea; pero definitivamente hay prioridades que deberían ser atendidas con mayor urgencia. El saneamiento de los cuerpos de agua y la red hospitalaria son dos de ellas.

Quizás con la nueva propuesta del presidente Álvaro Uribe, de gestionar que Colombia sea sede del Mundial de fútbol en el 2014, podamos dar otro salto favorable en la ciudad y el país. Pero eso sí, cuidado con perder la sede, como nos pasó en 1986, cuando la teníamos otorgada y el Dr. Belisario Betancourt declinó su realización aduciendo limitaciones económicas.

Ya que estamos en esa misma dinámica, por qué no tratamos de traernos también la sede de los Juegos Olímpicos y si es posible el concurso de Miss Universo, a ver si a punta de eventos convertimos a Cartagena en un modelo de desarrollo en Latinoamérica.