sábado, marzo 17, 2007

EL CALVARIO DE LOS BOQUILLEROS,
Réquiem por una comunidad afrocaribeña de pescadores…



A partir del año 2002 el Distrito de Cartagena de Indias viene adelantando un proceso de restitución de predios del margen derecho de La Boquilla, bajo la premisa de que esas tierras de bajamar le pertenecen. De igual manera existen 262 órdenes de restitución en contra de los restauranteros que están ubicados en las playas del mismo poblado; estos establecimientos creados por los nativos al no poder pescar más, por las condiciones de deterioro ambiental de la Ciénaga de la Virgen, se dedicaron a esta labor alternativa para llevar el sustento a sus familias. Mientras tanto, es ostensible la arremetida opulenta y agresiva de grandes constructores de apartamentos, condominios, hoteles y centros de convenciones, que cada vez se van tragando el tradicional poblado de pescadores de la zona norte.


Es evidente la gran desigualdad y favoritismo con la que son tratados estos “desarrolladores”, a ellos nadie les dice nada, ni siquiera se les ve como una amenaza; a diferencia de lo que han hecho con los nativos, a quienes explícitamente han catalogado de ser un problema para el medio ambiente por tener unas casuchas y cambuches hechos con tiras de madera y unas piscinas para la cría de sábalo en las orillas de la agonizante Ciénaga de la Virgen.

Las premisas del desalojo

Como se había señalado, el Distrito de Cartagena de Indias argumenta que las tierras de baja mar del margen derecho del anillo vial, son de uso público. Según las abogadas apoderadas de los nativos Sindis Meza Pineda y Kelly Salgado Junco, los argumentos del Distrito y en general del Estado colombiano, son inconsistentes e incompatibles con la realidad histórica de esos predios, pues las profesionales del derecho hicieron un estudio de títulos que se remonta a escrituras de 1864 hasta la actualidad y argumentan con solidez, que estas tierras nunca han sido un bien público, pero que si han sido un bien privado desde antes de la creación del código civil colombiano y por tanto las bases argumentales que la Nación aduce son débiles y en su debido momento la justicia debe ser llamada a sus cabales. Además, el anillo vial que ha dividido a la Boquilla en margen derecho e izquierdo sólo tiene 15 años, pero el poblado existe desde hace más de 150 años con una unidad territorial y cultural, que a todas luces es prevalerte a las nuevas denominaciones y divisiones construidas y usadas en contra de los nativos.

La zona norte, el nuevo polo de desarrollo

Desde mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, se comenzó a socializar la idea de la zona norte como el nuevo polo de desarrollo urbanístico y turístico de la ciudad de Cartagena, la saturación de zonas residenciales como Bocagrande, Manga y el Pie de la Popa, etc., obligó a dirigir la mirada hacia estas franjas de tierra que se hicieron accesibles por la construcción de la nueva carretera, llamada también, Anillo Vial, esta vía fue construida para disminuir el tramo de acceso entre Cartagena-Barranquilla de manera considerable. Fue de esta forma en que a comienzos de los años noventa se inició la construcción de hoteles y la urbanización de grandes lotes cuyo acceso era posible por la nueva carretera; así se dio inicio a una especulación por los precios de unas tierras que estaban dadas al abandono y que no ha alcanzado límites aún. Pero en medio de toda esa nueva bonanza y dinámica de desarrollo, existe un poblado de afrocolombianos pescadores de unos 15 mil habitantes aproximadamente, que de ser un poblado de casas, casuchas y enramadas, pasó a ser involuntariamente, parte de ese proceso especulativo que le ha hecho mucho daño.

La boquilla, territorio de paz y concertación

Es imposible no notar los desequilibrios e injusticias cometidas en contra de este poblado por el hecho de estar en medio de los intereses de los grandes capitales especulativos del orden nacional e internacional:

1. El boquillero pescador tradicionalmente de ciénaga, vio convertida su fuente de sustento (la Ciénaga de la Virgen) en la alcantarilla de la ciudad, millones de litros de residuos sólidos y de otras naturalezas, han sido vertidos en su ecosistema de manera impune y silenciosa. El boquillero se las ingenió para subsistir convirtiéndose en criadores de peces y empresarios del turismo a través de sus restaurantes y enramadas.
2. La Boquilla fue sometida a racionamientos sistemáticos de energía a pesar de ellos pagar por el servicio.
3. La Boquilla no ha recibido el servicio de alcantarillado a pesar de estar toda la infraestructura para hacerlo.
4. El servicio de transporte de la Boquilla era precario y monopolístico de no ser por las manifestaciones de los pobladores, continuarían en esta misma condición.
5. Las 262 ordenes de restitución de los restauranteros de la Boquilla.
6. Las órdenes de restitución de las 56 familias de criadores de peces ubicadas en el margen derecho.
7. Todo lo anterior sin mencionar el abandono en términos de salud pública, saneamiento ambiental y educación.


A pesar del visible estrangulamiento que le hacen a la comunidad, como queriendo que se aburran de estar allí, de asfixiarlos con desconsideraciones de toda índole, que a la final se den por vencidos y se vayan; los boquilleros han tenido la entereza de permanecer y concertar en medio de las adversidades creadas en su contra de forma pacífica. Pero, ¿hasta dónde es suficiente?, ¿En qué momento se dibuja la raya que demarca la frontera de la tolerancia y la intolerancia?

La lucha continua


Es evidente que todo está montado sobre unos supuestos erróneos, que lleva a los magistrados del tribunal administrativo de Cundinamarca a tomar decisiones injustas, sin embargo la sentencia del tribunal como consecuencia de la demanda interpuesta de parte de la Procuraduría General de la Nación, de desalojar a las familias moradoras del margen derecho del anillo vial en la Boquilla, tenía que cumplirse so pena de destitución del encargado de ejecutar la acción, en este caso al Alcalde Mayor de Cartagena. Cabe resaltar, que aunque la comunidad es conciente de los fundamentos erróneos de la Procuraduría y la naturaleza injusta de la sentencia, los nativos prefirieron conciliar pacíficamente su desalojo, porque es lo más conveniente en el momento, sin embargo, queda claro que los principios que fundamentan todo el caso son falsos y resta demostrar en derecho las injusticias cometidas con este pueblo afrocolombiano.

2 Comments:

At 7:31 p. m., Blogger Unknown said...

Me gustaría saber las razones por las cuales los boquilleros no se acojen a la ley 70 de 1993 para proteger sus tierras de la embestida constructora hacia este pueblo agropesquero? Titular esta tierra de manera colectivo pudiera ser una solución parcial

 
At 3:36 p. m., Blogger ESPACIO CERO said...

Es un reportaje serio, con muy buena información y contenido. Considero que el comentario anterior sobre Ley 70 debe ser tenido en cuenta, de igual manera buscar el apoyo de la OIT y tratar el tema con organizaciones nacionales como PCN y la Conferencia Afrocolombiana, para hacer una denuncia conjunta al respecto.

 

Publicar un comentario

<< Home